Recuerdo un 24 de diciembre de hace algunos años, cuando sorprendido recibí un disfraz de Papá Noel.
La idea era sorprender a la hija de un vecino con los típicos Jou, jou, jou, y quizás plantear a la pequeña qué quiere que le traiga Papá Noel esa noche.
Pero vayamos a lo importante. El traje.
No me preguntéis porqué, pero disfrazarme de señor viejo y gordo me impulsó a bailar como Will Smith en El Príncipe de Bel-air.
Me hizo gracia.
Así que con esto, os podéis hacer una idea de qué me parece ver a Darth Vader bailar al ritmo de MC Hammer.