Quien me conoce sabe que odio la playa, pero por desgracia a mi pareja le encanta y tengo que ir cada verano.
Con lo que este año me propuse buscar una playa apartada de las multitudes, tranquila y limpia. Agarre tumbona, parasol, nevera y demás utensilios playeros y nos dirigimos a una playa que había encontrado y que parecía tranquila.
Hasta que…